miércoles, 11 de abril de 2012

Libro Plantas de Acuario

Plantas de Acuario



Lasplantas de acuario son algo más que una mera decoración, ya que son compañeros vitales de los peces. Es importante, pues, que las plantas hallen condiciones de vida óptimas en el acuario. Gracias a sus propias observaciones e investigaciones, realizadas durante años, K. Horst da las indicaciones prácticas necesarias acerca de la biología de las plantas acuáticas, acerca de su modo de vida en la naturaleza, así como de su función en el biotopo del acuario

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lunes, 9 de abril de 2012

Los Caracoles

Los Caracoles

Enviado por Gaizka Ormaetxebarria
En muchas ocasiones son vistos como un mal en nuestro acuario, si bien es cierto que pueden llegar a ser una plaga, aunque tambien pueden ser un complemento equilibrante en nuestro acuario. No hará falta que los compremos ni los busquemos ya que suelen llegar aderidos a las plantas que introducimos en nuestro tanque.

Estos gasteropodos pueden convertirse en unos seres curiosos y simpaticos, siempre y cuando controlemos el numero y la reproducción de los mismos. A continuación os voy a describir varias especies comunes en nuestros acuarios.


Tropidiscus planorbis

Tropidiscus planorbis
Tienen una longitud de 5 mm como máximo. Su caparazón es de color marrón, plano y en espiral.

Es sin duda el que más respeta las plantas, y ademas se puede convertir en un come-detritus impresionante.

Lymnea stagnalis

Lymnea stagnalis
Su concha ovoidal con dos giros y medio, suele tomar una dimensión que depende del acuario y procedencia del caracol. Puede llegar a los 9 mm.

Se le suele ver pegado a los cristales del acuario y tambien a las hojas de las plantas (las destroza). Es de los más rapidos dentro del acuario.

Melanoides tuberculata

Melanoides tuberculata
Es uno de los representantes vivíparos entre los caracoles. Esta condición de vivíparo le permite reproducirse muy rápido haciendo de esta especie algo peligrosa.

Sobre todo vive en el fondo, se entierra y lo remueve contribuyendo así a introducir materias organicas en zonas mas profundas del fondo.
Es nocturno, alargado (1,5 cm), y con forma de cucurucho.


Muchas veces estos caracoles además de realizar funciones de equilibrio llevando O2 al fondo y eliminando los detritus, pueden ser alimento de los mismos peces, que pueden llegar a controlar, el número de caracoles de nuestro acuario. Soluciones naturales a una posible plaga pueden ser:
  • Peces Globo (gen. Tetraodon):
    Los caracoles constituyen su dieta principal, pero estos peces necesitan aguas salobres.
  • Botia macracantha:
    Muy comun en los acuarios tropicales de agua dulce, no permitira que el número de gasteropodos se incremente, ya que se comerá tanto las puestas como a los ejemplares más pequeños.

Especies adecuadas para la lucha biológica o control biológico de algas en el acuario

Especies adecuadas para la lucha biológica o control biológico de algas en el acuario

Texto y fotografías:
Ángel Garvía

Publicado en el nº 1 del BIM correspondiente a enero de 2010
La aparición de algas en un acuario es inevitable, pero sí es posible lograr una situación estable en la que el crecimiento de las algas esté bajo control, es decir ayude a proporcionar un aspecto más natural a la instalación pero no llegue a convertirse en un problema. Algunos tipos de algas, como por ejemplo las denominadas algas filamentosas o algas pincel, pueden llegar a ser muy molestas, tanto desde un punto de vista estético como de funcionamiento del acuario. El problema de los crecimientos desmesurados de algas en el acuario debe abordarse siempre bajo una perspectiva multifactorial, entendiendo que son varios los factores a controlar y que la solución al problema, es decir alcanzar la situación de equilibrio antes mencionada, requiere diversas medidas correctivas y sobre todo preventivas. De todos los parámetros o factores a tener en cuenta (luminosidad, concentración de nitrato, silicato, fosfato y otros oligoelementos, etc.), vamos a fijarnos en esta ocasión en el control biológico, también denominada lucha biológica. Las posibilidades que tiene el aficionado de ejercer un control biológico sobre las algas son más amplias de lo que cabe pensar en principio. Además de favorecer un desarrollo óptimo de los competidores naturales de las algas no deseables, como son las plantas acuáticas, se pueden introducir en la instalación organismos que consuman algas: desde peces a pequeños camarones, pasando por varios tipos de caracoles.

Evidentemente al comerse las algas nos ayudan a mantener estas en niveles adecuados en el acuario, pero no hay que olvidar que de igual modo es obvio que su única presencia no será bastante para tener controladas las algas. Volvemos a la perspectiva multifactorial antes comentada, no son la solución perfecta pero pueden ayudar mucho y, en ocasiones, desempeñan un papel crucial. A partir de ahora vamos a centrarnos en los peces, por razones de espacio el resto de organismos mencionados no van a ser objeto de explicación más detallada aquí y ahora. Actualmente es fácil adquirir en el mercado especializado especies de peces de agua dulce que incluyan algas en su dieta y que, por tanto, pueden ser empleadas como ayuda en el control de algas. Incluso está bien implantado entre los profesionales que regentan comercios de acuariofilia y los aficionados con algo de experiencia recomendar al que empieza que incluya algún pez limpiaalgas o comealgas entre los habitantes del acuario. Una última puntualización: hablamos sólo de agua dulce y únicamente citamos algunos géneros y especies. Seguro que muchos se quedan en el tintero. Ahí queda la invitación para todo aquel que quiera ampliar el presente trabajo.

LORICÁRIDOS (Familia Loricariidae)

Sin duda esta familia contiene el mayor número de limpialgas utilizados por los acuariófilos. Constantemente se están describiendo nuevas especies y variedades, que de inmediato se incorporan al mercado ornamental, hasta tal punto que se comercializan poblaciones o variedades de loricáridos que aún no han sido descrito científicamente como especie. Los exportadores e importadores comenzaron, hace algo más de 15 años, a suplir este retraso
asignando nomenclaturas alternativas, pero sin validez científica, en un intento de paliar los inconvenientes que supone la falta de nombre científico. Sin duda la que más ha arraigado son los llamados número L (L-Numbers) y en más de una ocasión me referiré a ellos. Debido al gran número he decido establecer tres grupos de especies en base a su tamaño.

GRUPO A: especies de tamaño reducido que pueden adaptarse incluso a pequeños acuarios.
Hipoptopoma carinatum 5 , H. gulare 8, H. thoracatum 8
Otocinclus affinis 6 otocinclo enano

GRUPO B: incluye los loricáridos tamaño mediano, cuya talla máxima se sitúa básicamente entre 10 y 20 cm, pero también algunas especies de mayor longitud pero con cuerpos muy estilizados, por lo que en realidad no necesitan volúmenes de agua tan grandes como en principio pudiera parecer por su longitud corporal. El género Chaetostoma se ha introducido con fuerza en el mercado en los últimos años. Contiene especies de tallas en torno thomsoni10.
Otros menos frecuentes pueden ser Baryancistrus 16
Chaetostoma wuchereri 25
Peckoltia brevis 9
y P. `pulcher 10 y P. vittata 14 cm P. “angelicus” L4 30 P. vermiculatus 10
Panaque sp L204 (=Peckoltia sp L204) 20 pleco cebra negro
Lasiancistrus sp. L68
Leporacanthicus heterodon

Entre los limpiaalgas de cuerpo alargado, que alcanzan lógicamente una talla grande, pero únicamente debido a su gran longitud, posiblemente el ejemplo más ilustrativo sea Farlowela acus, que con una talla máxima cifrada en 20 cm es un verdadero especialista en consumir algas sobre superficies lisas, como troncos y piedras. Pero se comercializan al menos tres génerosmás de loricáridos con esta morfología. Del género Rineloricaria es relativamente fácil de encontrar R. parva, que crece hasta los 22 cm; pero existen variedades más sofisticadas como Rineloricaira sp. “Red” L10A, que sólo llega a los 14 cm. Al parecer existe cierta confusión acerca de cuales son realmente las especies que se importan como loricarias. Según Cánovas & Puigcerver, la especie comercializada tradicionalmente como Loricaria filamentosa es en realidad Dasyloricaria filamentosa. Otras especies que si pertenecen verdaderamente al género Loricaria también se importan, como por ejemplo Loricaria simillima, que crece hasta los 25 cm. Del género Sturisoma se importan con diversa frecuencia varias especies, aunque también parece existir cierta confusión a la hora de su determinación taxonómica. S. nigrirostrum, S. panamense y S. rostratum son válidas para acuarios medianos y grandes.

GRUPO C: Loricáridos de gran tamaño y/o que dañan las plantas acuáticas. Una de las especies más espectaculares de esta familia es el pleco gigante, Acanthicus adonis, que puede superar el metro de longitud pero no es habitual en el comercio; sin embargo, sí es frecuente encontrar a la venta especies que alcanzan con el tiempo longitudes superiores a 30, 40 ó 50 cm. es por ejemplo el caso de Hypostomus plecostomus, el pleco común, uno de los “limpialagas” más comercializados, Hypostomus punctatus, el pleco punteado, Glyptoperichthys gibbiceps, el pleco mariposa, y los panaques real, Panaque nigrolineatus, y de ojos azules, Panaque suttoni. Otros plecos de gran tamaño que ocasionalmente también se pueden adquirir en el mercado son Pseudorinelepis pellegrini, el pleco de placas óseas, Pterygoplichthys multiradiatus, el pleco merlín, y alguna especie del género Pseudoacanthicus. Estas especies, en principio, no son recomendables para acuarios menores de 300 ó 400 litros. Evidentemente ejemplares jóvenes pueden mantenerse temporalmente en urnas más pequeñas, pero sin olvidar nunca que es una
situación provisional, nunca definitiva. Y no es únicamente por motivos de falta de espacio físico para el pez, que ya es un tema de suficiente importancia, y que al desplazarse dañe la vegetación del acuario. Hay otro tema que no se debe olvidar: una buena parte de los peces que comen algas también pueden comer las plantas acuáticas, especialmente las de hoja ancha, si los niveles de algas no fuesen lo suficientemente abundantes para ellos, situación fácil de producirse en acuarios de volumen pequeño o mediano con peces de tallas grandes, como los mencionados. También he incluido en este grupo algunas especies de loricáridos de menortamaño pero con clara tendencia a atacar las plantas acuáticas en cuanto las algas escasean lo más mínimo, por lo que deben mantenidos en urnas muy voluminosas y con plantas muy robustas. Es el caso por ejemplo de Sturisoma auremun y la mayoría de Parancistrus y Ancistrus. De este último género se comercializan frecuentemente Ancistrus hoplogenys y A. dolychopterus.

CIPRÍNIDOS (Familia Cyprinidae)

A esta familia pertenece uno de los “limpiaalgas” más recomendados: el zorro volador de Siam o siamés, Crossocheilus siamensis. Es un excelente consumidor de algas, respeta las plantas del acuario y suele tener predilección por las algas que crecen sobre las hojas de estas; además es una especie que no alcanza tallas demasiado grandes (suele quedarse en longitudes de 14 cm) y compatible para un acuario comunitario, por lo pacífico de su carácter. Por todo esto, algunos especialistas no dudan en citar a esta especie como el limpialgas ideal. Quizá por poner alguna pega, comentar que es poco tolerante con individuos de su misma especie. Muy parecido morfológicamente es el zorro volador, Epalzeorhinchos kallopterus, otro eficaz eliminador de algas. Alcanza un tamaño un poco más grande, unos 16 cm, y también es pacífico con sus compañeros de acuario aunque presenta más acentuada su incompatibilidad intraespecífica, de hecho para acuarios de menos de 400-500 litros no se aconseja mantener más de un ejemplar.

GYRINOCHEÍLIDOS (Familia Gyrinocheilidae)

Al pez ventosa o chupaalgas chino, Gyrinocheilus aymonieri, se le puede encontrar en prácticamente cualquier comercio especializado, incluso es posible adquirir una variedad amarillenta, seleccionada por criadores en 1990 y comercializada con el nombre de chupaalgas limón. Es un gran consumidor de algas, pero su talla máxima, cifrada en 30 cm, imposibilita su mantenimiento en urnas de volumen mediano o pequeño, siendo válido para esta especie lo comentado para el grupo C de loricáridos de gran tamaño. Además presenta otro inconveniente: su carácter. Los individuos jóvenes se muestran pacíficos y tranquilos y son aptos para un acuario comunitario, pero según van creciendo se vuelven territoriales y al alcanzar la madurez sexual, que suele coincidir con una talla aproximada de 12 cm, su agresividad es tal que se desaconseja mantener más de un individuo por acuario. Es especialmente problemático su mantenimiento con peces de cuerpo aplanado lateralmente, debido a que se ha comprobado que pueden fijarse a ellos y ocasionar heridas con su ventosa bucal.

BALITÓRIDOS (Familia Balitoridae)

Una familia menos conocida por el aficionado, procedente de arroyos de aguas altas y rápidas de China y sudeste asiático, pero con alguna especie habitual en acuariología. Las más comercializas pertenecen a los géneros Homaloptera orthogoniata, H. zollingeri, Gastromyzon maculatus, Pseudogastromyzon cheni P. myersi y Beaufortia levertii es el pez ventosa

POECÍLIDOS (Familia Poecilidae)

Es el caso de vivíparos como Poecilia sphenops, el molly negro, Poelicia reticulata, el popular guppy, e incluso Xiphos y platis (del género Xiphophorus), Poecilia melanogaster

Ciclidos
Heterotilapia multispinosa
Diversas especies de Pseudotropheus
Tropheus duboisi
OTRAS
Besucón

BIBLIOGRAFÍA:
Froese, R. & Pauly, D. Editors. 2005. FishBase. World Wide Web electronic publication.
www.fishbase.org, version (03/2005).
Sanfford, G. 1996. “Peces de Acuario”. Omega.

lunes, 2 de abril de 2012

domingo, 1 de abril de 2012

Desequilibrios decorativos

Desequilibrios decorativos

Enviado por Arantxa Larumbe
A la hora de elegir los detalles con los que decoraremos nuestro acuario tendremos que intentar no supeditar la belleza al imprescindible equilibrio biológico. Y es que, a veces, el buen gusto puede estar reñido con lo que más conviene a las especies que vayan a ser incluidas en el tanque. No hay que olvidar que algunos elementos decorativos comunes dificultan un correcto equilibro de las condiciones del acuario, por lo inadecuado de sus materiales. Otros, incluso, confunden y estresan a nuestros peces.

Así las cosas, lo primero que deberemos aprender es a distinguir entre los elementos a usar. Partiendo de esta premisa podemos dividir los elementos decorativos en cuatro bloques diferenciados:

Las maderas y troncos

Al ser de origen natural nuestra primera labor pasa por limpiar la pieza concienzudamente. De esta manera evitaremos la transmisión de organismos y sustancias que puedan perjudicar el correcto equilibrio del acuario. ¡Ojo! No todo lo natural es reutilizable. Es importante saber que hay maderas que pueden pudrirse en el interior del tanque, creando un foco de suciedad y consumiendo el valioso oxigeno que nuestros peces y plantas necesitan para subsistir. Si prefiere no correr riesgos puede adquirir maderas o troncos, aptos para su introducción en el agua, en cualquier comercio especializado. Si, por el contrario, opta por localizar los adornos en un entorno natural tiene que recordar que las únicas maderas válidas son: el bambú, los cocos y las raíces de ciénaga. Recuerde: cualquier madera deberá ser, previamente, hervida en agua para eliminar el aire que pueda contener. Además, es muy común que este elemento tinte el color del agua. Para evitarlo será necesario someter a la pieza a diferentes aclarados de forma que eliminen o, por lo menos, atenúen el tintado.

Los elementos plásticos

Aunque muy utilizados por los novatos, su origen plástico los convierte -casi siempre- en elementos no aptos para el acuario. Si prueba a sumergirlos en agua durante un tiempo comprobará que no es extraño que pierdan parte de su pintura decorativa. Otros, están hechos de materiales que se degradan al estar sumergidos en líquido. Nada ocurriría si los introducimos en un simple vaso de agua pero, a la hora de recrear un ecosistema que ayude en la cría, desarrollo y evolución de nuestros peces lo único que logramos es dañar el ya mencionado “equilibro biológico necesario”. Dos son por tanto, las cuestiones a tener en cuenta: no olvide limpiar cualquiera de las piezas plásticas antes de introducirlas en el agua y, para mayor garantía, adquiera este tipo de adornos en comercios especializados.

Las plantas

Una de las primeras cosas a tener en cuenta es que las plantas naturales también pueden causar un desequilibrio. Una simple planta puede transmitir a nuestro acuario caracoles, bacterias o determinadas enfermedades. Los huevos de los caracoles, por ejemplo, suelen situarse en el envés de las hojas y algunos ejemplares adultos pueden llegar ocultos entre ellas. Por ello, al igual que hacemos con otros elementos, las plantas deberán ser limpiadas con agua tibia antes de ser colocadas en el tanque. No hay que olvidar, asimismo, que existen en el mercado plantas artificiales, que por la composición de sus materiales pueden ser dañinas para nuestro acuario. Dicho esto, de nuevo, lo más aconsejable, es adquirir el género en comercios especializados. De esta manera garantizaremos que su origen no sea tóxico y evitaremos que se deteriore al ser sumergido.

Las piedras y rocas

Se debe poner mucha atención en los tipos de piedras y rocas que introducimos en el acuario. Muchas pueden resultar tan preciosas a la vista como dañinas para los peces por su composición. Tenga en cuenta que los materiales recomendados deben ser de origen basáltico, granito, lava y gres. Componentes como el calcio o el mármol, sin embargo, deberán ser descartados. Usted mismo puede comprobar si una piedra es calcárea: vierta unas gotas de ácido clorhídrico (salfumán) sobre ella. Si burbujea es calcárea y, por tanto, no apta porque endurecerá el agua del acuario. Por otro lado, si usted opta por recoger piedras directamente de la naturaleza tenga en cuenta que las de colores muy vivos suelen deber su tono a la presencia de metales pesados que, de liberarse en el agua, tendrían un efecto muy negativo en nuestros peces. Es imprescindible, asimismo, que comprobemos que las piedras o rocas no tengan aristas o bordes cortantes que puedan herirlos. De la misma forma, y también para evitar daños, nos aseguraremos de que estén bien sujetas en el tanque.

Conclusiones

No hay grandes secretos, tan sólo hay que activar el sentido común. Antes de comenzar a confeccionar un acuario debemos tener en cuenta que la decoración va a jugar un papel muy importante en el equilibrio biológico; en el mantenimiento de las condiciones necesarias para el desarrollo de las diferentes especies. Y es que, claro está, en función del tipo de peces que adquiramos, los elementos decorativos serán unos u otros: si tenemos cíclidos africanos, por ejemplo, no vamos a incluir plantas porque las desentierran o se las comen. Otros peces necesitan de cuevas o grietas entre las rocas para su reproducción. Si deseamos reproducir alguna de estas especies, por lo tanto, habrá que amoldar el acuario a esas necesidades. No hay que olvidar, además, que estamos hablando de acuarios de agua dulce y que las plantas o materiales como la madera son destruidos por el agua salada.