lunes, 10 de septiembre de 2012

Ciclido Americanos Enanos. Apistogramas Joyas del Acuario


Pequeñas joyas acuáticas, lucen por fin en nuestros acuarios el puesto relevante que se merecen. Éstos peces ganan más adeptos cada día, y son en la actualidad el principal reto de muchos aficionados al acuario de agua dulce.

Durante muchos años, en el pasado, fueron relegados por sus primos de mayor tamaño y porte. Los cíclidos más grandes dejarón en un segundo plano a estos fantásticos peces que se han vuelto a redescubrir en la actualidad.

Peces muy adecuados para acuarios de medianas dimensiones, exigen que se les cuide con esmero y se les de el entorno que necesitan para desplegar sus maravillosos colores y hacer gala de un comportamiento muy elaborado. A continuación Rafael nos introduce en este mundo de los Cíclidos enanos de forma amena y con todo el rigor necesario.

ANTECESORES:
El género Apistogramma tiene una historia relativamente extensa, remontándose al Pleistoceno, por lo tanto, las primeras especies cuentan con algo más de dos millones de años. Dicha era, finalizó hace 10.000 años atrás, es decir, hace poco tiempo hablando en términos geológicos.
Durante este extenso periodo de tiempo, este género fue "prisionero" -como tantos otros- de avatares tan diferentes como las contracciones y expansiones periódicas de las selvas tropicales causadas por las glaciaciones y los periodos interglaciares (de estos últimos hubo cuatro importantes y casi otros tantos de menor magnitud). Las glaciaciones -que tenían un promedio de duración de unos 100.000 años cada una (Erickson, 1991)-, atraparon cantidades importantes de agua, que en forma alternada causaron que bajara el nivel del mar en, por lo menos, 100 metros. En el periodo de máxima glaciación en el hemisferio norte, la cuenca amazónica se desecó. Al bajar las temperaturas y por tanto, disminuir la pluviosidad, la selva tropical retrocedió, y es en estas zonas aisladas, de donde provienen la mayoría de los grupos de peces que conformarían al género Apistogramma. Estos grupos evolucionaron de forma independiente, adaptándose a sus particulares ecosistemas.
En períodos interglaciares, en cambio, subía la temperatura, se descongelaban grandes masas de agua. El Amazonas encontraba una salida al océano, a la vez que crecía la selva, y diferentes especies que estaban antes aisladas, comenzaron a expandirse conjuntamente con el aumento de la cuenca amazónica. Por tanto, los Apistogrammas (al igual que otros géneros), se establecerían en nuevos territorios.

Como se ha mencionado anteriormente, estos períodos fueron intercalados. Nunca la glaciación ha sido homogénea, por tanto, la selva se expandía y contraía. Cuando se expandía, las poblaciones originarias de lo que hoy conocemos como cuenca amazónica, se fueron desplazando en todas las direcciones, dando por resultado que habitaran en extensos y variados ecosistemas.
EXPANSIÓN GEOGRÁFICA:
Su presencia está delimitada exclusivamente a Suramérica. Al oeste por la cordillera de los Andes; al este por el océano Atlántico entre los paralelos que abarca la cuenca amazónica, más al sur, su límite al este se hace más difuso y más lejano de la costa; al norte por el río Orinoco y sus afluentes; en tanto que en el extremo sur, el A. borellii habita en aguas próximas a la ciudad de Rosario en Argentina, en el paralelo 32º.
Este vasto territorio, posee ecosistemas muy variados, unos con temperaturas casi constantes a lo largo del año y con dos estaciones (la de lluvias y la de sequía). En el extremo opuesto, encontramos otros ecosistemas que poseen las cuatro estaciones claramente marcadas. Los apistogrammas han sabido adaptarse a ello, como así también a los diferentes tipos de aguas que a su vez tienen fluctuaciones en cuanto a rangos de pH, durezas y conductividad a lo largo del año.
Algunas especies se encuentran distribuidas por amplias zonas de la cuenca amazónica, en cambio, otras son endémicas.
Los apistogrammas habitan todas las aguas posibles: desde las aguas "negras" que son blandas, ácidas y ricas en ácidos húmicos, hasta las aguas "blancas" ricas en sedimentos, con pH cercanos al neutro.

Se cree que las especies originales serían monógamas, con un parecido muy grande a las que pertenecen al subgrupo del Apistogramma commbrae, con un dimorfismo sexual mucho menos marcado que en las especies que surgieron posteriormente, las más evolucionadas.
ETIMOLOGÍA:
La etimología de la palabra, es consecuencia de la unión de: Apisto = irregular y Gramma = línea o carácter, ambas provienen del griego, pero esta última tiene una acepción latinizada que es la que ha sembrado la confusión.
Gramma, como se ha mencionado, tiene dos acepciones; no dejando en claro Regan en 1.913 a cual de ellas se refería.
Si la utilizó como línea, ello trae como consecuencia que el género sea femenino.

Si lo utilizó como carácter, esta palabra es neutra.

Por tanto, al no saber con qué intención fue empleada por Regan, la polémica está servida y aún perdura en nuestros días, ya que según como sea interpretada, podrían variar las denominaciones de cada una de las especies, mas, esta cuestión quedará para los ictiólogos...
MORFOLOGÍA:
Todos los apistogrammas son comprimidos lateralmente, pero tendremos en cuenta algunas características para diferenciarlos. Muchas de ellas son relevantes a la hora de crear los grupos y subgrupos que, por cierto, no son divisiones oficiales, ni rígidas, ya que existen las especies denominadas "puente", que son la unión o el "eslabón perdido" entre grupos afines. La utilidad de esta clasificación radica en tener al alcance una guía para ayudarse en la identificación de las especies a tratar y una vez clasificados, analizar el grado de afinidad con otros apistogrammas, sus ancestros comunes, cuando comenzó la diversificación, etc.
Altura:
Los hay de cuerpo alto, de cuerpo alto "movido o desplazado" hacia atrás (A. borellii), como así también de cuerpo bajo que dan la sensación de ser más alargados (A. elizabethae). Existiendo rangos intermedios: cuerpos bajos y moderadamente largos, cuerpos bajos y cortos, etc. Estas especies no son tan fáciles de englobar en una u otra característica, sino que ésta, es solamente un primer paso para una posterior clasificación.
Longitud:
Esta medida es útil cuando estemos ante un ejemplar adulto con su máxima extensión. Nos ayudará también para determinar a que grupo pertenece, aunque sin rigor. La talla superior en los machos por lo general no supera los diez centímetros, y con las excepciones del A. sp. "courtship-spot" y del A. sp. "Tiquié 1", los machos son siempre más largos que las hembras.
Aleta dorsal:
Aquí las variaciones son enormes tanto en las formas como en los patrones de color y dibujo o diseño (puntos, rayas, etc.). Por las formas las hay aserradas, con radios anteriores o posteriores de diferentes tamaños; con finalización en punta, redondeada; con prolongaciones, etc.
Aleta caudal:
También existen variaciones tanto en los patrones de color y dibujo, como en las formas. Contamos con cuatro formas claramente diferenciables: redondeadas, truncadas, lanceoladas y con forma de lira; que a su vez éstas, pueden tener algunas variaciones menores.

Aletas anal y ventral:
Si bien no tienen la relevancia de las anteriores generalmente, si lo son para distinguir especies similares. Las diferencias radican tanto en la extensión de las mismas como también en la coloración y dibujo.
Pedúnculo caudal:
Variable tanto en altura y en longitud, como en su patrón específico de diseño. Esta última característica también es de gran utilidad para clasificarles. Además de la altura de dicho punto también puede variar su forma (redondeado, cuadrado, etc.).
Líneas o bandas:
La más notoria es la banda horizontal irregular (la que da nombre al género), suele ser ancha y oscura, la línea preorbital, la superorbital y la suborbital
Punto lateral:
Característico, por lo general de mayor tamaño tanto en ancho como en alto, respecto de la banda horizontal; aunque, parcialmente coincide con ésta.
Además, existen otras características que son un complemento a las anteriores; como ser la coloración del cuerpo (todas ellas varían en intensidad según el estado de ánimo del pez y del lugar que ocupen en la jerarquía del grupo), el grosor de los labios, punto en las aletas pectorales, etc.
HÁBITOS:
Biótopo ideal:
Son los ríos, lagos, lagunas y toda corriente fluvial de cursos lentos y poca profundidad, con un lecho variable que puede contener desde una gran capa de hojas, pasando por ramas partidas, árboles parcialmente sumergidos, piedras, cantos rodados y rocas. El lecho en sí puede estar formado por arena fina, como así también de diversos sedimentos según el tipo de aguas que discurran por el río.
Comportamiento:
Por norma general, son idóneos para que cohabiten con especies de otros géneros. En cambio el comportamiento entre diferentes especies de apistogrammas, puede ser relativamente conflictivo, por lo tanto, se deberá analizar la compatibilidad entre ellos en función del carácter, espacio, refugios y por los requerimientos de cada una de las especies a introducir.
Territorios:
Algunas especies se ubican en las riberas; bien sean de los ríos, de los lagos, de las lagunas; como de los bancos de arena. En su gran mayoría son especies de cuerpo alargado, de color gris-amarillento (para no ser divisados tan fácilmente) y con un dimorfismo sexual menos marcado.

Otros se ubican en calas y cuevas, en zonas de mayor profundidad. Estos apistogrammas poseen una gran diversidad de formas, son más coloridos y el dimorfismo sexual es notorio. Este escenario está compuesto por la sucesiva acumulación de hojas, ramas, piedras, rocas y la vegetación -entre ellos árboles parcialmente sumergidos-, que les sirven de refugio, de lugar para las puestas, y de refugio para los alevines y ejemplares jóvenes.
Además, hay especies que no están ligadas permanentemente ni a las riberas, ni a las zonas más profundas (por ejemplo, las más próximas al A. regani).
Todas estas áreas son compartidas, no solamente entre especies del género, donde la población de apistogrammas por metro cuadrado puede fluctuar enormemente (desde 35 a superar los 300 individuos jóvenes y adultos), sino también con otros cíclidos enanos, carácidos, loricáridos, etc.
Coloración:
Excepto en las especies que se consideran más primitivas donde las diferencias son mínimas, por lo general, los machos poseen una mayor diversidad, tanto en la gama de colores como en intensidad de los mismos. Además, variarán según el estado de ánimo, de salud, y del lugar que ocupen dentro de la jerarquía grupal: dominante, subdominante, dominado, etc. La coloración depende directamente del sistema nervioso central.
Reproducción:
Aquí también existen varias formas de relacionarse:
a) Monógamos del tipo núcleo familiar:
El cortejo puede oscilar desde uno a varios días. El dimorfismo sexual es menos evidente en estas especies. Tanto el macho como la hembra defienden el territorio de la puesta y posteriormente comparten los cuidados de las larvas y alevines.
b) Monógamos del tipo patriarcal - matriarcal:
La duración del cortejo es similar a las del tipo núcleo familiar. La gran diferencia es que en este tipo de relación el macho vigila su territorio y el lugar de la puesta, encargándose de la misma en breves momentos, mientras la hembra se alimenta. Es ella quien se encargará de los cuidados en todas las fases tras la puesta.
c) Polígamos:
El macho defiende su territorio y fecunda las puestas de varias hembras. El cortejo suele ser breve, desde unos pocos minutos a algunas horas. La cantidad de hembras estará sujeta tanto a la calidad cuantitativa como cualitativa (básicamente cantidad de refugios y de comida disponible) del territorio del macho. Los cuidados de las puestas y de los alevines recaen casi exclusivamente en las hembras. El dimorfismo sexual suele ser evidente.
d) Poliandras:
Hasta el momento la única especie conocida que posee esta característica es el A. sp. "emerald", donde la hembra alberga en un gran territorio a diversos machos con los que realiza las puestas de uno en uno; ocupando el macho dominante, el área más próxima a la cavidad de la hembra.
Condiciones del agua:
Está demostrado que en algunas especies influye el pH en el porcentaje de machos y hembras que originará una puesta, en tanto que en otras, es más determinante la temperatura.
pH:
Dicho parámetro puede oscilar en diferentes zonas de un mismo río, además de en la época del año. Para hacernos una idea más concreta, Staeck analizó diferentes aguas habitadas por apistogrammas; y dentro de los rangos extremos encontró con pH muy ácidos como el medido en el Igarapé conocido como Tiburari, perteneciente al bajo Uapés de 3,9 y el más alto de 7,6 cerca de la ciudad boliviana de Santa Cruz.
Tiene menor incidencia por regla general que la temperatura. En el porcentaje de machos y hembras resultantes de una puesta tendrá una mayor incidencia de machos cuanto más ácida sea el agua.
Temperatura:
Por regla general, con temperaturas de 26 o 27ºC, es cuando se da prácticamente una igualdad en el porcentaje de machos y de hembras en las puestas. A más temperatura sube el porcentaje de machos en las mismas, con una excepción a la regla; son los A. caetei, cuyas puestas, a más temperatura, darán lugar a más hembras.
Así mismo estas temperaturas son beneficiosas en el desarrollo total del pez. Experiencias llevadas a cabo por Uwe Römmer, han demostrado que los A. cacatuoides mantenidos a 26º C a los seis meses medían el doble que los mantenidos entre 20 y 24º C, al igual que los que en su acuario tenían 29 y 30ºC.
También influye en la cantidad y tamaño de los huevos, igualmente, sobre los 26º C es donde se conseguirán mejores resultados.
Madurez sexual:
Algunas especies la alcanzan a partir de los cuatro meses. Otras en cambio, cercanos a los seis. A modo de ejemplo, cabe señalar que por regla general, la primera puesta la realizan las hembras entre los 140 y 350 días de vida, dependiendo de la temperatura del agua. A 26º C es cuando las hembras realizan su primera puesta siendo más jóvenes.
MANTENIMIENTO EN EL ACUARIO:
Tamaño y carácterísticas:
Para mantener una sola especie, salvo algunas excepciones, serán aptos los acuarios a partir de 40 litros para especies monógamas, y desde 60 litros para especies polígamas. En tanto que para combinar dos especies o más, recomendamos tanques a partir de 80 litros.
El tanque deberá de proporcionarle un refugio a modo de guarida a cada hembra, y dentro de lo posible, que el tamaño se ajuste al cuerpo de ella. De esta forma evitaremos la presencia de posibles depredadores si forman parte de un acuario comunitario.
El sustrato ideal estaría conformado por arena fina de río, o por gravilla de granulometría mínima. Además por una coloración del agua ambarina (si por "estética" preferimos que esté el agua cristalina es otra cuestión distinta), troncos, plantas, refugios, y por último la adición por encima del sustrato de una capa de hojas de roble o haya.
Temperatura:
La temperatura ideal es entre 26 y 27º C para los peces que proceden de la cuenca amazónica, y entre 24 y 27º C para los subtropicales, para mantener en forma constante, si bien muchas especies toleran temperaturas inferiores y superiores.
Alimentación:
Variada, y con una dosis importante de alimento vivo. Éste será primordial, no sólo porque algunas especies no aceptarán otro tipo de alimento durante algún tiempo, sino también para poder verles con mejores colores, más sanos, como así también para incitarles a la reproducción.
Muchas especies -por lo general las que son más populares en el acuariofilia, y que por tanto, llevan más tiempo reproduciéndose en cautividad- aceptan otros tipo de comida; desde gránulos, a escamas, pasando por restos de papillas caseras. Otras especies se acostumbrarán paulatinamente, aunque, como se ha mencionado, nunca deberíamos olvidar el suministro de alimento rico en proteínas de forma habitual.
Reproducción:
Para ello siempre será conveniente tener a los apistogrammas en acuarios específicos de cría, ya que en un "comunitario amazónico", sus posibilidades se reducirán enormemente debido a la presencia de loricáridos y calíctidos fundamentalmente, y en menor medida, los peces gregarios(por ejemplo los carácidos) también pueden ocasionar bajas, especialmente en los alevines durante los primeros días de vida.
Para incitarles, por lo general, basta con un aumento en el suministro de alimento vivo los días previos a un cambio parcial de agua. Y si a ello se aunara una bajada en la presión atmosférica: ¡seguro que tendremos una puesta!
La cantidad de huevos y el tamaño de los mismos varía según la especie, el tamaño y edad de la hembra, y de las condiciones del agua en que habiten. Serán adheridos en una cavidad por la hembra, y eclosionarán entre las 24 y 72 horas. También con las particularidades antes mencionadas en cuanto a su relación estrecha con la temperatura.
Tras la eclosión las larvas consumirán su saco vitelino, y a partir del quinto día (por lo general no más allá del octavo), los alevines comenzarán a nadar libremente.
Es fundamental tener preparados los nauplios de artemia para esta etapa, si bien existen alimentos comerciales que nos permitirán alimentarles.
¿CON CUÁL ME INICIO EN EL MUNDO DE LOS CÍCLIDOS ENANOS?
Las opiniones son casi unánimes: A. cacatuoides, al conjuntar belleza, robustez, presencia en los comercios, precio y por tolerar un amplio rango de pH y durezas. Otras opciones: A. borellii, A. commbrae, A. hongsloi, A. nijsseni...
RECOMENDACIONES PARA INICIARSE CON LOS CÍCLIDOS ENANOS:
Debemos de tener presente dos factores:
a) La compatibilidad entre ellos mismos. Es decir, relacionarlos por su comportamiento.
b) La compatibilidad en cuanto a los requerimientos, llámense pH, GH, espacio, etc.
Estas dos puntualizaciones conviene tenerlas siempre en consideración, pero además, si se tratara de un nuevo acuario, lo mejor es llevar al papel un plano donde constaran las zonas plantadas, los refugios para los apistogrammas, piedras, etc.
A continuación, sigue una relación de apistogrammas agrupados por su comportamiento en general, hay que tener en cuenta que muchas especies se vuelven más celosas de su territorio en época de reproducción, y por tanto, pueden tornarse algo más agresivas que en otra situación.
Además, y entre paréntesis, indicamos su comportamiento y seguido de una barra el grado de dificultad en cuanto a su mantenimiento; siendo:
P = polígamo.
M = monógamo.
P-m = Polígamo aunque en menor medida puede ser monógamo.
A = grado de dificultad alto.
M = grado de dificultad medio.
B = grado de dificultad bajo.

Apistogrammas pacíficos:
Apistogramma arua (P/A)
A. bitaeniata (P/B)
A. borellii (P/B)
A. commbrae (M/B)
A. elizabethae (P/M)
A. eunotus (P/B)
A. geisleri (M/B)
A. gephyra (M/M)
A. gossei (P/B)
A. hoignei (P/M)
A. juruensis (P/A)
A. luelingi (P/M)
A. macmasteri (P/B)
A. nijsseni (P-m/B)
A. norberti (P/A)
A. ortmanni (P/A)
A. paucisquamis (P/A)
A. payaminonis (P/M)
A. piauiensis (M/B)
A. resticulosa (M-p/A)
A. staecki (M-p/A)
A. urteagai (M/A)
A. velifera (M-p/A)
A. viejita (P/B)
A. sp. "cheek-spots" (P/B)
A. sp. "Rio Caura" (P/M)
A. sp. "red-dot" (P/B)
A. sp. "steel-blue" (P/B)
A. sp. "Tiquié1" (M/A)
A. sp. "yellow-cheek" (P/B)


Apistogrammas de agresividad media:
A. hongsloi (P/B)
A.iniridae (M/A)
A. juruensis (P/A)
A. meinkeni (M/A)
A. mendezi (P/M)
A. panduro (P/B)
A. regani (P/A)
A. trifasciata (P/M)
A. sp. "Rio Acre" (M/B)
A. sp. "Rio Mamoré" (P/M)

  

Apistogrammas territoriales y/o algo más agresivos:
A.atahualpa (P/A)
A. agassizii (P/B)
A. cacatuoides (P/B)
A. gephyra
A. iniridae
A. sp. "Breitbinden"

Y como una última puntualización, hay que tener en cuenta que el comportamiento de cada pez puede a veces variar con respecto a la conducta genérica de su especie. Dicho en otras palabras, en el mundo de la acuariofilia abundan las excepciones que confirman la regla.
¿POR QUÉ POBLAR MI TANQUE CON APISTOGRAMMAS?
Porque cambiarán la dinámica del mismo. Por su belleza y colorido. Porque dado su carácter son ideales para acuarios comunitarios. Por los cuidados que prodigan a su prole, etc. Por un sin fin de razones. Pero por una principal... son unos peces fascinantes que todo acuarista debe mantener en alguna etapa de su afición y de los que algunos se enamorarán de forma permanente.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Los Peces También Sufren de Estrés. Qué lo provoca y cómo combatirlo


Bajo la apariencia serena y tranquila que presentan los peces, encontramos seres vivos que, al igual que otros animales, sufren trastornos. Por norma general, estos acuáticos amigos toleran las condiciones ambientales artificiales en las que viven, que por el contrario, son diferentes al hábitat natural en el que deberían estar.

Cada pez necesita un espacio propio para desarrollarse. Si este requisito no se cumple y, además, se mezclan diferentes especies, no todos los ejemplares disfrutarán de circunstancias idóneas para mantener perfecta su salud. Cambios bruscos en la temperatura del agua y otras situaciones adversas provocan estrés en el pez y reducen su esperanza de vida. Estas incidencias obligan a todos los órganos de su cuerpo a trabajar más para poder garantizar su supervivencia.
¿Qué provoca el estrés?
Son muchos los factores que desencadenan el estrés en los habitantes del acuario. Añadir agua no tratada a la pecera puede resultar un serio problema para el animal. La causa: el cloro o cloramina, elemento tóxico para los peces. Una temperatura inadecuada, ya sea fría o demasiado caliente, también puede hacer enfermar a nuestros amigos.
Lo mismo ocurre con los derivados del nitrógeno: amonio, nitrito y nitrato, que al poseer distintos grados de toxicidad, se convierten en una elevada fuente de estrés. Es imprescindible que midas regularmente los niveles del acuario. Casi todas las enfermedades aparecen porque las condiciones del agua no son las adecuadas.

Es muy común que los propietarios quieran tener una variada y colorida pecera y mezclen unas especies con otras. A veces, ésto constituye un grave error. Combinar peces pacíficos con peces agresivos provocará que los primeros sufran un alto nivel de estrés por sentirse acosados por los segundos a lo largo de todo el día. Además, hay especies que se comunican a través del cuerpo y es muy posible que otra especie diferente no reconozca estas señales corporales, generando peleas continuas.

Cómo diagnosticar esta dolencia
Sólo te harán falta unas semanas de convivencia con tus amigos acuáticos para comprobar que cada ejemplar se comporta de una manera diferente: unos permanecerán inmóviles frente a otros que no pararán de nadar. Unos descansarán en el fondo y otros cerca de la superficie.

La mayoría de las enfermedades o patologías de los acuarios las puedes detectar mediante la observación. Es fácil comprobar que algo le está sucediendo a tu pez, ya que su forma de actuar será diferente a la manera que tiene de comportarse normalmente.


Un poco de estrés no es demasiado peligroso pero, si por diferentes motivos la patología va creciendo, la capacidad para resistirlo irá disminuyendo considerablemente. Te describimos los síntomas que te mostrarán que tu mascota se encuentra enferma de estrés:

* Tu pez rechazará la comida habitual. Por el contrario, si sigue alimentándose, no lo hará de la misma manera que cuando tenía buena salud.

* Encontrarás a tu pez cerca de la superficie con la boca abierta para respirar, ya que la concentración de oxígeno es mayor en la superficie, y un agua con poco oxígeno estresa mucho a los peces.

* Presentará una natación irregular e intentará aislarse o esconderse por los rincones del acuario para evitar ser visto.

* Aletas mordidas o heridas por su cuerpo. Probablemente la causa sea que esté sufriendo agresiones de otros peces.


* El pez presenta enfermedades: hongos, parásitos, etc. Si tu pez enferma es un signo de que padece estrés.

* Falta de reacción si pretendes atraparlo con una red.
Aunque parezca a simple vista que tu mascota se encuentra sana, recuerda que un pez estresado es un pez dispuesto a contraer todo tipo de enfermedades. Son muchos los factores que pueden producir este malestar: intenta evitarlos.

martes, 4 de septiembre de 2012

Los Cuidados Del Agua


Es necesario determinar los componentes y las características del agua que se va a emplear para llenar un acuario, pues pueden afectar directamente a los peces y a la flora que lo habiten. Los peces y plantas deben tener un desarrollo normal y favorable; por ello, la calidad del agua ha de ser equiparable a las aguas del medio donde éstos han nacido y crecido.
En circunstancias normales, el agua del grifo está tratada con cloro o cloraminas, sustancias bastante perjudiciales para los peces. Para hacer desaparecer el cloro, existen varias opciones. En las tiendas especializadas es posible adquirir un producto químico que comúnmente se denomina 'anticloro'. El cloro es un gas; así, se evaporará si se airea el agua durante uno o dos días.
Sin embargo, las cloraminas son más difíciles de eliminar. Es necesario realizar un filtrado con carbón activado. Se aconseja que el tiempo sea de 10 ó 15 días, pero dependerá de la calidad del carbón y de los componentes y toxinas que se encuentren en el agua.
La dureza del agua
Este término hace referencia a la cantidad en la que se presentan ciertas sales de calcio, magnesio, sulfatos, nitratos y clorados en la composición del agua. Es la dureza permanente, que forma parte de la dureza general o gH, y son, por ejemplo, el cloruro de calcio, el sulfato de calcio, el nitrato de calcio, el cloruro de magnesio o el sulfato de magnesio.
El resto de las partes del gH son sales de baja solubilidad, y se llama dureza temporal, porque esta circunstancia hace que las sales sean muy inestables en la composición del agua. La mayoría de los peces y de las plantas prefieren habitar en un agua de blanda a media dura, por lo que lo óptimo sería que el gH fuera de 3 a 8 grados.
La dureza del agua
0-4
MUY BLANDA
4-8
BLANDA
8-12
MEDIA DURA
12-18
DURA
18-30
MUY DURA
30
EXTREMADAMENTE DURA
Para ablandar el agua dura o muy dura, se pueden utilizar resinas catiónicas o desechables, que son las más recomendables. Las resinas que cambian iones de calcio y magnesio por iones de sodio no se deben utilizar jamás.
Otra forma de ablandarla es mezclar el líquido de la pecera con agua de lluvia. Por lo general, la proporción sería de dos partes de agua de grifo por una de lluvia, pero lo mejor es calcular la dureza de cada uno de los tipos. Por el contrario, si lo que se pretende es endurecer un agua demasiado blanda, bastará con añadir sulfato de calcio.