Es necesario determinar los
componentes y las características del agua que se va a emplear para llenar un
acuario, pues pueden afectar directamente a los peces y a la flora que lo
habiten. Los peces y plantas deben tener un desarrollo normal y favorable; por
ello, la calidad del agua ha de ser equiparable a las aguas del medio donde
éstos han nacido y crecido.
En circunstancias normales, el
agua del grifo está tratada con cloro o cloraminas, sustancias bastante
perjudiciales para los peces. Para hacer desaparecer el cloro, existen varias
opciones. En las tiendas especializadas es posible adquirir un producto químico
que comúnmente se denomina 'anticloro'. El cloro es un gas; así, se evaporará
si se airea el agua durante uno o dos días.
Sin embargo, las cloraminas son
más difíciles de eliminar. Es necesario realizar un filtrado con carbón
activado. Se aconseja que el tiempo sea de 10 ó 15 días, pero dependerá de la
calidad del carbón y de los componentes y toxinas que se encuentren en el agua.
La dureza del agua
Este término hace referencia a la
cantidad en la que se presentan ciertas sales de calcio, magnesio, sulfatos,
nitratos y clorados en la composición del agua. Es la dureza permanente, que
forma parte de la dureza general o gH, y son, por ejemplo, el cloruro de
calcio, el sulfato de calcio, el nitrato de calcio, el cloruro de magnesio o el
sulfato de magnesio.
El resto de las partes del gH son
sales de baja solubilidad, y se llama dureza temporal, porque esta
circunstancia hace que las sales sean muy inestables en la composición del
agua. La mayoría de los peces y de las plantas prefieren habitar en un agua de
blanda a media dura, por lo que lo óptimo sería que el gH fuera de 3 a 8
grados.
La dureza del agua
0-4
MUY BLANDA
4-8
BLANDA
8-12
MEDIA DURA
12-18
DURA
18-30
MUY DURA
30
EXTREMADAMENTE DURA
Para ablandar el agua dura o muy
dura, se pueden utilizar resinas catiónicas o desechables, que son las más
recomendables. Las resinas que cambian iones de calcio y magnesio por iones de
sodio no se deben utilizar jamás.
Otra forma de ablandarla es
mezclar el líquido de la pecera con agua de lluvia. Por lo general, la
proporción sería de dos partes de agua de grifo por una de lluvia, pero lo
mejor es calcular la dureza de cada uno de los tipos. Por el contrario, si lo
que se pretende es endurecer un agua demasiado blanda, bastará con añadir
sulfato de calcio.
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