Las tiendas de animales están
repletas de peces de llamativas tonalidades y diferentes formas y tamaños. Uno
de los más solicitados el es Cíclido Africano, que se distingue por ser muy
agresivo con los de su especie, cuando no se respetan las condiciones de
espacio en el acuario. Robustez, resistencia, territorialidad y fortaleza son
algunas de sus características más comunes, pero la que más destaca a simple
vista es su alegre colorido.
Pertenecientes a la familia de
los cíclidos, estos habitantes del mar se suelen encontrar en el continente
africano, distribuidos por los lagos más importantes del lado oeste de África:
el Victoria, el Tanganika y el Malawi. Debido al agua alcalina que los
particulariza y a su alto nivel de mineralización, los cíclidos que en ellos
habitan son únicos, diferenciándose así de los americanos.
Sumérgete en su historia
El origen de estas especies se
sitúa en los peces marinos, que por diferentes causas biológicas, tuvieron que
desplazarse a lagos y ríos adaptándose así a condiciones muy extremas.
Empezaron a habitar los lugares en los que el resto de ejemplares fueran
incapaces de desarrollarse y, de esta forma, se hicieron un hueco en el mundo
submarino africano y americano.
De ahí surgieron los cíclidos y
es por esta razón por la que son capaces de resistir hasta en lugares de agua
salobre (donde la cantidad de sales marinas del lugar es menor a la
recomendada). De esta manera fueron colonizando poco a poco los lagos de África
antes de que otros pudieran lograrlo y cruzaron al otro lado del charco
llegando al cono sur americano, no sin antes enfrentarse a multitud de peces de
carácter peligroso como las pirañas o los peces gato gigantes hasta encontrar
las zonas menos pobladas.
Así pues, la gran familia que
forman los cíclidos está distribuida por muchas partes del mundo (Madagascar,
India, África y América).
Agua alcalina, fundamental
La territorialidad, una de las
características más importantes de esta variedad africana, condiciona el tamaño
del acuario, ya que se precisa uno de grandes dimensiones, teniendo en cuenta
las variadas medidas que presentan estos peces. El tipo de agua es un factor
imprescindible a tener en cuenta, porque es su fuente de salud, por ello tiene
que ser alcalina, con un pH de 8,5 ó 9 y una dureza que oscile entre 8 ó 12 gH.
Aunque el pH necesario varía
según la especie, conseguiremos el nivel deseado insertando cascajos de conchas
en su interior (2,5 Kg. /100 l. de agua). Aún así, si este método no resulta
eficiente, existen productos químicos u otras rocas como el mármol capaces
aumentar el grado de alcalinidad. Es preciso que se dé una proporción adecuada
entre la capacidad de agua del acuario y la cantidad de artículos modificadores
de pH para no perjudicar a los seres que ahí habitan.
Un gran apetito
La alimentación no supone un
problema cuando nos referimos a esta especie marina, porque ingiere todo tipo
de productos, desde vivos hasta elaborados. Esta excelente peculiaridad, los
convierte en una mascota perfecta a la que la cautividad no le supone ningún
inconveniente. Tanto es así que una de sus variedades, el Cíclido Redondo,
tiene una estructura completamente plana debido a la escasez de alimentos de su
hábitat natural.
El tamaño marcará la dosis
recomendada, pero es aconsejable alternar comida seca con otro tipo de
productos, bien sean congelados o vivos, como larva negra o roja de mosquito,
Dafnia, Artemia, Mysis o Cyclops, si se tiene la oportunidad. Su gran apetito
es tal que son capaces de comer de la mano del acuarófilo.
Elige el filtro adecuado
Los acuarios indicados para los
cíclidos ofrecen dos tipos de filtraciones. Por un lado tenemos la mecánica,
encargada de absorber las impurezas que se puedan descomponer con facilidad,
tales como restos de comida y plantas. Hay que limpiarlo con frecuencia para
que los residuos del filtro no afecten al agua; de lo contrario habrá que
renovarla en un 20% cada semana, quincena o mes, en función del número de
litros del acuario y de la cantidad de ejemplares que lo habiten.
La segunda es la llamada
filtración biológica; un proceso de nutrición en el cual algunas bacterias
obtienen sus nutrientes de los desechos orgánicos acumulados en el biofiltro,
transformándolos en nitratos. La materia orgánica hay que eliminarla
rápidamente ya que, si no, dichas bacterias se asfixiarán y la demanda de
oxígeno será aún mayor. Para evitar la saturación del filtro, se pueden
utilizar aparatos mecánicos adicionales (exteriores o interiores).
Las plantas no son del agrado de
los cíclidos africanos, a no ser que les proporcionen alimento. Con la
intención de que este nuevo inquilino se sienta a gusto, lo más aconsejable es
colocar rocas para que en ellas haga sus cuevas y elija su territorio. Además,
empleando ciertas calcáreas, ajustaremos la alcalinidad del agua que necesitan
los cíclidos de forma natural. El pez se recreará en su hábitat y se sentirá
feliz, de tal modo que, si creamos las condiciones idóneas, puede llegar a
reproducirse.
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