jueves, 30 de agosto de 2012

Cíclidos Africanos Belleza Con Carácter


Las tiendas de animales están repletas de peces de llamativas tonalidades y diferentes formas y tamaños. Uno de los más solicitados el es Cíclido Africano, que se distingue por ser muy agresivo con los de su especie, cuando no se respetan las condiciones de espacio en el acuario. Robustez, resistencia, territorialidad y fortaleza son algunas de sus características más comunes, pero la que más destaca a simple vista es su alegre colorido.

Pertenecientes a la familia de los cíclidos, estos habitantes del mar se suelen encontrar en el continente africano, distribuidos por los lagos más importantes del lado oeste de África: el Victoria, el Tanganika y el Malawi. Debido al agua alcalina que los particulariza y a su alto nivel de mineralización, los cíclidos que en ellos habitan son únicos, diferenciándose así de los americanos.

Sumérgete en su historia
El origen de estas especies se sitúa en los peces marinos, que por diferentes causas biológicas, tuvieron que desplazarse a lagos y ríos adaptándose así a condiciones muy extremas. Empezaron a habitar los lugares en los que el resto de ejemplares fueran incapaces de desarrollarse y, de esta forma, se hicieron un hueco en el mundo submarino africano y americano.

De ahí surgieron los cíclidos y es por esta razón por la que son capaces de resistir hasta en lugares de agua salobre (donde la cantidad de sales marinas del lugar es menor a la recomendada). De esta manera fueron colonizando poco a poco los lagos de África antes de que otros pudieran lograrlo y cruzaron al otro lado del charco llegando al cono sur americano, no sin antes enfrentarse a multitud de peces de carácter peligroso como las pirañas o los peces gato gigantes hasta encontrar las zonas menos pobladas.

Así pues, la gran familia que forman los cíclidos está distribuida por muchas partes del mundo (Madagascar, India, África y América).
Agua alcalina, fundamental
La territorialidad, una de las características más importantes de esta variedad africana, condiciona el tamaño del acuario, ya que se precisa uno de grandes dimensiones, teniendo en cuenta las variadas medidas que presentan estos peces. El tipo de agua es un factor imprescindible a tener en cuenta, porque es su fuente de salud, por ello tiene que ser alcalina, con un pH de 8,5 ó 9 y una dureza que oscile entre 8 ó 12 gH.

Aunque el pH necesario varía según la especie, conseguiremos el nivel deseado insertando cascajos de conchas en su interior (2,5 Kg. /100 l. de agua). Aún así, si este método no resulta eficiente, existen productos químicos u otras rocas como el mármol capaces aumentar el grado de alcalinidad. Es preciso que se dé una proporción adecuada entre la capacidad de agua del acuario y la cantidad de artículos modificadores de pH para no perjudicar a los seres que ahí habitan.
Un gran apetito
La alimentación no supone un problema cuando nos referimos a esta especie marina, porque ingiere todo tipo de productos, desde vivos hasta elaborados. Esta excelente peculiaridad, los convierte en una mascota perfecta a la que la cautividad no le supone ningún inconveniente. Tanto es así que una de sus variedades, el Cíclido Redondo, tiene una estructura completamente plana debido a la escasez de alimentos de su hábitat natural.

El tamaño marcará la dosis recomendada, pero es aconsejable alternar comida seca con otro tipo de productos, bien sean congelados o vivos, como larva negra o roja de mosquito, Dafnia, Artemia, Mysis o Cyclops, si se tiene la oportunidad. Su gran apetito es tal que son capaces de comer de la mano del acuarófilo.

Elige el filtro adecuado
Los acuarios indicados para los cíclidos ofrecen dos tipos de filtraciones. Por un lado tenemos la mecánica, encargada de absorber las impurezas que se puedan descomponer con facilidad, tales como restos de comida y plantas. Hay que limpiarlo con frecuencia para que los residuos del filtro no afecten al agua; de lo contrario habrá que renovarla en un 20% cada semana, quincena o mes, en función del número de litros del acuario y de la cantidad de ejemplares que lo habiten.


La segunda es la llamada filtración biológica; un proceso de nutrición en el cual algunas bacterias obtienen sus nutrientes de los desechos orgánicos acumulados en el biofiltro, transformándolos en nitratos. La materia orgánica hay que eliminarla rápidamente ya que, si no, dichas bacterias se asfixiarán y la demanda de oxígeno será aún mayor. Para evitar la saturación del filtro, se pueden utilizar aparatos mecánicos adicionales (exteriores o interiores).

Las plantas no son del agrado de los cíclidos africanos, a no ser que les proporcionen alimento. Con la intención de que este nuevo inquilino se sienta a gusto, lo más aconsejable es colocar rocas para que en ellas haga sus cuevas y elija su territorio. Además, empleando ciertas calcáreas, ajustaremos la alcalinidad del agua que necesitan los cíclidos de forma natural. El pez se recreará en su hábitat y se sentirá feliz, de tal modo que, si creamos las condiciones idóneas, puede llegar a reproducirse.

Mascotas.Facilismo.com

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